domingo, 5 de diciembre de 2010

por José Daniel Quesada

Esta afirmación de "Obedecer es mejor que los sacrificios" la he tomado de La Biblia (I Samuel 15:22), el relato bíblico se refiere a la desobediencia en que cayó el rey Saúl. El contexto es el siguiente: "Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey." (I Samuel 15:22,23)

Cuando era niño, recuerdo a mis abuelitos contarme sobre su infancia, y de como eran obedientes a sus padres, porque de no serlo, tenían dolorosas consecuencias. A mis padres también les oía contar anécdotas de su niñez y con las mismas consecuencias dolorosas que narraban mis abuelitos. La obediencia es algo que no tiene que ver con los tiempos antiguos o modernos. En el pasaje bíblico con que inicié este comentario, podemos observar la importancia que Dios da a la obediencia y como se desagrada Él de la desobediencia.

Lastimosamente, la desobediencia es tan antigua como la humanidad misma, desde el Génesis, se da este primer pecado. Fue la desobediencia de Adán y Eva, la que trajo como consecuencia la caída de la raza humana. El pecado entró al mundo por la desobediencia a Dios. Durante la historia de la raza humana, encontramos registros bíblicos de las consecuencias nefastas que la desobediencia ha traído al hombre  y la mujer. El caso mencionado del primer rey de Israel, Saúl, es un ejemplo de esto, su reino le fue quitado por parte de Dios, por no haber obedecido al mandato que se le dio. 

En nuestra sociedad actual, ya en el siglo XXI, la desobediencia está presente en los hogares, y casi me atrevo a pensar que,  de todas las familias. El respeto a la autoridad se ha perdido, y la desobediencia está a la orden del día. Si bien es cierto, tal vez, la obediencia de la que me narraban mis abuelitos o mis padres, era más por temor que por respeto, este último existía más que hoy en día.  ¿Cuándo? un hijo se atrevía a levantarle la voz a sus padres, o ¿Cuándo? constestarle a los padres en su argumentación. El que medio se atrevía a tener semejante osadía, terminaba con la boca sangrando. Pero, ¿cuáles de esos chiquillos o chiquillas se perdieron? Llegaron a ser grandes ciudadanos, respetuosos y rectos.

Nuestros hijos, amparados a leyes humanas que contradicen las Divinas, porque, resulta que ahora los padres no podemos corregir a nuestros hijos, usando la vara, si lo hacemos, nos corremos el riesgo de ser demandados por nuestros propios retoños.

Dios estableció en su palabra: "En los labios del prudente se halla sabiduría; mas la vara es para las espaldas del falto de cordura" Proverbios 10:13

"La necedad está ligada en el corazón del muchacho; más la vara de la corrección la alejará de él." Proverbios 22:15

"La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre." Proverbios 29:15

Parece que las leyes humanas han demostrado ser más sabias que Salomón, quien escribió estos proverbios inspirado en la sabiduría que Dios le dio, y de quien Dios mismo dijo: "te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú." (I Reyes 3:12) digo, pues que ahora han legislado en contra de la corrección con vara, y además los derechos de los niños, que atentan contra los padres; ¿Y dónde están los derechos de los padres?

Los hijos en la actualidad, son rebeldes y desobedientes y no solo los impíos, si no que en los hogares cristianos también los encontramos, esto es lo más triste, pues se les ha olvidado lo que las escrituras dicen al respecto. El Apóstol Pablo en su carta a los efesios dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo." (Efesios 6:1) y a los padres dice con respecto a sus hijos: "Criadlos en disciplina y amonestación del Señor." (Efesios 6:4)

La autoridad de los padres en el hogar ha sido establecida por Dios y los hijos no deben cuestionarla, y el quinto mandamiento dice: "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da." (Éxodo 20:12)

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¡Dios les bendiga!

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